27 May 2016

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Consejo #1. Limpiar los muebles. Hay que retirar el polvo de todos los rincones del mueble. Para ello es recomendable el uso de un paño de algodón húmedo que no dañe la superficie. A continuación, hay que secar la humedad que haya quedado. Si el mueble tuviera salpicaduras, manchas de grasa o, por ejemplo, marcas de vasos se recomienda usar también un producto multiusos específico para madera.

Consejo #2. Proteger. Tanto si la madera se encuentra barnizada como si no, es importante aplicar una fina capa de cera que ayude a restablecer el brillo del mueble y a proteger la superficie de posibles rayones. Para este propósito, de hecho, existe una cera en spray para madera que se aplica de forma sencilla.

Consejo #3. Embalar y almacenar. Para aislar los muebles es recomendable usar telas que los protejan de la luz y nunca plásticos, ya que estos pueden atrapar la condensación y dañarlos. Ya con las telas, procederemos a resguardar los muebles. Primero hay que colocar las telas en el suelo, situar el mueble encima y a continuación cubrirlos con más telas asegurando que queden envueltos. Después, se ha de atar una cuerda alrededor del mueble para ceñir las telas. Así, los protegemos correctamente de cualquier amenaza externa y del paso del tiempo. Y por último, ¿dónde los almacenamos? Si te hace falta más espacio, tenés que conocer +metros.